
En el mundo empresarial, el término anglosajón “outsourcing” se entiende como la subcontratación de otras empresas o profesionales autónomos (freelance) para la ejecución de actividades requeridas para la propia empresa cuando ésta no tiene personal específico en plantilla para llevarlas a cabo.
Actualmente, la mayoría de las empresas a nivel nacional y mundial externalizan alguna actividad no estratégica de su empresa como, por ejemplo:
- Diseño gráfico.
- Labores de gestoría.
- Agencia de prensa, publicidad y comunicación digital.
- Recursos Humanos.
- Informática y programación.
- Analista de mercados.
- Transporte.
Cualquier actividad que se te ocurra será crucial para una empresa pero residual para otra dependiendo de su actividad principal. En ocasiones, aunque sea de vital importancia, es mejor externalizar una determinada actividad a otras empresas para abaratar costes (cambiando muchos costes fijos en costes variables) o eliminar cargas innecesarias para las personas responsables de la organización.
Tras los años de crisis y con el auge de Internet y el comercio electrónico, cada vez más profesionales se deciden a trabajar por su cuenta, es decir, a ser autónomos o freelance. También estamos adentrándonos en un cambio de paradigma empresarial relacionado con la calidad en el punto de trabajo, el estilo de vida actual, integración y flexibilidad laboral.
Todos estos factores contribuyen a que cada vez se practique más outsourcing por parte de las empresas, ya que tiene ventajas para ellas como:
- Flexibilidad de horarios: se trabaja por tareas y objetivos.
- Espacio: en ocasiones, ni siquiera han de trabajar en tu propia empresa por lo que no necesitarás un puesto de trabajo exclusivo para ellos.
- Desestacionalización: hay empresas que necesitan de una determinada actividad durante épocas concretas del año. ¿Por qué tener contratada a una persona que va a tener picos de trabajo anuales?
- Profesionalidad: te aseguras de que la persona o empresa que contratas está 100% especializado/a y no te va a fallar.
- Ahorro: como empresa, facturarás y te facturarán únicamente el tiempo y trabajo que solicites.
- Deslocalización: muchas empresas subcontratan parte de su actividad en otros países donde el estilo de vida y la mano de obra son más baratos.
En conclusión, subcontratar servicios profesionales ayudara en los objetivos de tu empresa a un bajo costo, será más productivo y podrás concentrarte en tu actividad primordial de trabajo.

